jueves, 1 de febrero de 2024

Cuento del lobo y las 7 ovejitas

LA CONFIANZA EN LOS EXTRAÑOS: EL LOBO Y LAS 7 OVEJITAS

El cuento del lobo y las 7 ovejitas, lo conocemos todos. Detrás de cada cuento se esconde una importante lección de vida y que penetra en la vida de los niños. Esta historia tiene el objetivo de que los niños aprendan a obedecer a los padres y a los familiares cercanos además de que no hagan caso a los desconocidos.

Había una vez una mamá oveja que tenía 7 ovejitas. Todas eran preciosas, blancas y de ojos grandes que jugaban por todas partes del prado. 

En otoño la mamá oveja le dijo a sus hijas que iba al bosque a buscar comida.

- ¡Chicas mientras estoy fuera no salgáis de la casa ni abráis la puerta a nadie! Ya sabéis del lobo de patas negras que merodea por aquí.

- ¡Tranquila mami! Tendremos mucho cuidado.

Al rato alguien golpeó la puerta y dijo ser su querida madre. A lo que respondió una de las ovejas que su madre tenía la voz suave y dulce, y quien estaba tocando la puerta tenía la voz ronca.

Afirmativamente, quién había detrás de la puerta era el malvado lobo, entonces el lobo se dio cuenta que debía encontrar una forma de que las ovejas confiaran en él y le abriera la puerta.

Al lobo se le ocurrió probar huevos para aclararse la voz y así volver a intentarlo.

En el segundo intento las ovejitas pensaron que si podría ser su mamá por su voz melodiosa, pero la más desconfiada quería asegurarse, le pidió al lobo que mostrara la patita por debajo de la puerta. Se dieron cuenta así las ovejitas en esta ocasión que tampoco era su mamá.

El lobo estaba lleno de rabia, pero continuó intentándolo, esta vez fue a un molino para meter las patas en harina, y así quedaron sus patitas del color de la nieve.

En el tercer intento:

- Soy mamá, dejadme pasar hijas - dijo el lobo.

- Enséñanos la patita - contestaron asustadas.

El lobo le enseñó la pata y las ovejas pensaron que era la madre, por lo que saltaron muy emocionadas.

Al girar la llave y abrir la puerta, el lobo entró dando un fuerte empujón. Las ovejas trató de esconderse, pero el lobo se las comió una a una, excepto a la más joven que se escondió en el reloj del comedor.

Cuando llegó la mamá el lobo ya se había ido de la casa. Al entrar la madre vio todo tirado por el suelo y la puerta abierta ¡El lobo se había comido a todas sus hijas! La madre estaba triste y desolada, de repente de la caja del reloj salió la oveja más pequeña quién corrió a darle un inmenso abrazo a su mamá. Le contó todo lo que pasó cuando ella no estaba, entonces la madre furiosa cogió un mazo de la cocina y se dispuso a recuperar a sus ovejitas.

Salieron en busca del malvado lobo. Encontraron al lobo durmiendo en el campo bajo un árbol, tenía la barriga gigante. La madre le dio con todas sus fuerzas con ayuda del mazo en la cola. El animal dio un salto tan grande que empezó a vomitar a las 6 ovejitas, salieron sanas y salvas.

El lobo salió aullando y desapareció en la oscuridad del campo. La familia se abrazó con ilusión, el lobo no volvió a amenazarlas y las ovejitas comprendieron que debían obedecer a su madre y no fijarse de desconocidos.

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